La violencia en las sociedades prehistóricas es uno de los enigmas más oscuros y complejos de nuestro pasado. Los fósiles y las herramientas de piedra muestran que estas sociedades antiguas no solo cazaban, sino que también intentaban a veces resolver sus conflictos con acciones violentas. Entonces, ¿cuán común era la violencia en las sociedades prehistóricas? ¿Los cazadores-recolectores recurrían a la violencia solo para controlar los recursos? Las investigaciones indican que la violencia en tiempos prehistóricos era un fenómeno complejo que no solo tenía dimensiones físicas sino también sociales, culturales e incluso espirituales.
Causas de la violencia en las sociedades prehistóricas
La violencia en las sociedades prehistóricas podía deberse a diversos factores, como la escasez de recursos, la competencia intra e intergrupal, las jerarquías sociales y los conflictos individuales. Durante este período, la gente se dedicaba a la caza y la recolección para sobrevivir.
El estilo de vida de los cazadores-recolectores hizo que la competencia y los conflictos fueran inevitables. Por ejemplo, las guerras por los terrenos de caza y los recursos hídricos eran uno de los factores más importantes que desencadenaban la violencia en las sociedades prehistóricas. Los recursos alimentarios eran el requisito más básico tanto para la continuidad funcional de los ecosistemas como para la continuidad de la vida. Por lo tanto, podían producirse desacuerdos graves e incluso conflictos sangrientos entre grupos.
La caza y la recolección exigían no sólo destreza física, sino también pensamiento estratégico y cooperación colectiva. Pero no hay que pasar por alto que los físicamente más fuertes solían tener ventaja. Los fuertes y talentosos tenían ventaja a la hora de acceder a los recursos, mientras que los más débiles solían quedar rezagados. Esto podía conducir a la formación de jerarquías sociales y dar lugar a luchas de poder interpersonales que se manifestaban en forma de violencia.
Las jerarquías sociales tenían un efecto exacerbador de la violencia en las sociedades prehistóricas. Las luchas por el liderazgo y el poder conducían a conflictos entre individuos y grupos. Los que estaban en el poder podían querer controlar los recursos y dominar al grupo, lo que aumentaba la tensión dentro del grupo. Los hallazgos arqueológicos están repletos de ejemplos de rastros de tales conflictos. Las lesiones traumáticas observadas en cráneos y otros huesos son la evidencia osteológica más importante de la violencia en las sociedades prehistóricas.
Por otro lado, los conflictos individuales también fueron uno de los factores desencadenantes de la violencia en las sociedades prehistóricas. Los conflictos violentos entre individuos podían ocurrir por razones como desacuerdos personales, celos, venganza y cuestiones de honor.
Formas de violencia
La violencia en las sociedades prehistóricas se manifestaba de diversas formas, desde conflictos físicos hasta guerras, desde prácticas rituales hasta métodos de castigo.
Los conflictos físicos, como se mencionó anteriormente, a menudo ocurrían como parte de disputas intra e intergrupales y luchas por el control de los recursos. Estos conflictos ocurrían por el control de áreas críticas como cotos de caza y fuentes de agua, y a veces estallaban como resultado de desacuerdos personales. Una pelea entre dos individuos podía eventualmente convertirse en una guerra a pequeña escala entre comunidades, involucrando a grupos más grandes.
En tiempos prehistóricos, la guerra era un fenómeno común entre tribus y grupos. Las excavaciones arqueológicas demuestran claramente cuán organizadas y sistemáticas eran estas guerras, gracias a las estructuras defensivas y herramientas de guerra de la época. Además, el sacrificio de prisioneros capturados en estas guerras a dioses o espíritus de la naturaleza mediante prácticas que pueden definirse como «violencia ritualista» muestra que la guerra no era solo una acción militar, sino que continuaba con sus dimensiones religiosas y culturales en el período posterior al conflicto.
Los rituales sacrificiales eran una expresión concreta de los esfuerzos de las sociedades por interactuar con seres metafísicos y obtener su aprobación. Aunque en estos rituales se sacrificaban sobre todo animales, en algunos casos también se hacían sacrificios humanos. Los rituales de sacrificio humano se practicaban especialmente después de las guerras y durante acontecimientos críticos que determinaban el destino de la comunidad.
En la prehistoria, la violencia también se utilizaba como herramienta para mantener el orden social. Los individuos que violaban las normas sociales normativas se enfrentaban a sanciones materiales y morales que se aplicaban para mantener el orden social. Estas sanciones a veces se aplicaban en forma de violencia física y a veces en forma de exilio o exclusión de la sociedad. Estos mecanismos de castigo eran una clara advertencia para otros miembros de la comunidad que eran propensos a cometer delitos o que infringían las normas.
Efectos de la violencia en la sociedad
Los estudios antropológicos indican que en la prehistoria, los actos de violencia tuvieron un impacto significativo en el orden social. Si bien los eventos violentos fortalecieron las estructuras de autoridad, a veces las derribaron, lo que llevó al surgimiento de líderes completamente nuevos. Por ejemplo, durante los conflictos y las guerras, individuos poderosos y carismáticos ascendieron a posiciones de liderazgo y reconfiguraron la jerarquía social.
En las sociedades prehistóricas, la violencia afectó a todas las capas de la estructura social de la A a la Z. El aumento de los incidentes violentos desencadenó sentimientos de miedo e inseguridad entre los miembros de la comunidad, lo que llevó a una disminución de la armonía social y a la ruptura de la integridad social.
Por otro lado, la violencia ha provocado que se redefinan diversos roles y normas sociales en la sociedad. Si bien la importancia de los guerreros y las personas poderosas en la sociedad ha aumentado, los grupos más vulnerables, como las mujeres y los niños, comenzaron a vivir en áreas más protegidas. Esto ha llevado a la reconfiguración de los roles de género.
La migración como consecuencia de la violencia
Los incidentes violentos en comunidades prehistóricas desencadenaron movimientos demográficos y migratorios masivos. Los conflictos violentos y las guerras hicieron que las tribus y las comunidades abandonaran sus asentamientos existentes y migraran a zonas más seguras.
Las migraciones deben considerarse no solo como movimientos físicos, sino también como un fenómeno sociocultural que provocó cambios en los estilos de vida y las visiones del mundo de las comunidades. Los grupos que migraban a nuevas regiones interactuaban con otras comunidades y desempeñaban un papel importante en el intercambio cultural y la construcción de nuevas normas sociales. Pero este proceso a veces trajo consigo conflictos.
Ejemplos y hallazgos arqueológicos
La investigación antropológica y los hallazgos arqueológicos son de gran importancia para comprender la violencia en las sociedades prehistóricas. Estos hallazgos nos ayudan a entender cómo y por qué los seres humanos practicaban la violencia, sus efectos sociales y su evolución histórica. Algunos ejemplos y hallazgos notables que muestran rastros de violencia en las sociedades prehistóricas son:
Cementerio de Jebel Sahaba, Sudán
El cementerio de Jebel Sahaba, en Sudán, cerca del río Nilo, data de hace unos 13.000 años. En un principio, se pensó que el cementerio albergaba rastros de un único gran conflicto. Sin embargo, las reevaluaciones realizadas en 2021 han refutado esta opinión. Se encontraron 41 esqueletos en el cementerio con lesiones tanto curadas como no curadas.
Los investigadores que analizaron las lesiones sugieren que la violencia en Jebel Sahaba estuvo vinculada a una serie de ataques y tácticas de emboscada más que a combates a gran escala.1
Pozo de la muerte de Talheim, Alemania
La fosa común del distrito de Heilbronn, en Baden-Württemberg, data de hace unos 7000 años. Los restos osteológicos encontrados en la fosa indican que la mayoría de las personas enterradas aquí murieron como resultado de la violencia. La mayoría de los esqueletos presentaban heridas en el cráneo, cortes y fracturas. Estos hallazgos sugieren que la comunidad de Talheim probablemente fue destruida por incursiones o masacres.2
Estos acontecimientos son importantes porque muestran que la violencia en las sociedades prehistóricas no se limitaba a los conflictos individuales, sino también a la violencia a gran escala entre comunidades.
Cueva de Gough, Inglaterra
La cueva de Gough, situada en Cheddar, Inglaterra, contiene numerosos restos de Homo sapiens que datan del final del Último Máximo Glacial. Estos restos, que datan de hace aproximadamente 14.700 años, presentan sorprendentes signos de canibalismo. Los hallazgos osteológicos, junto con marcas de cortes y aplastamientos en los restos, indican que los individuos fueron asesinados y su carne consumida.3
La evidencia arqueológica sobre las prácticas dietéticas y rituales de las comunidades paleolíticas sugiere que las estrategias nutricionales extremas, como el canibalismo, eran aceptadas como una norma cultural o una estrategia nutricional adaptativa entre algunos grupos.
Çatalhöyük, Turquía
Çatalhöyük se considera uno de los asentamientos más importantes del Neolítico en Anatolia. Como resultado de los exámenes arqueológicos, se encontraron rastros de violencia en algunos de los asentamientos funerarios y elementos estructurales de Çatalhöyük. Las fracturas y lesiones en los restos óseos indican la existencia de conflictos sociales y actos de violencia doméstica.
Las excavaciones en Çatalhöyük también revelan la existencia de una alta densidad de población, enfermedades infecciosas y problemas medioambientales. Según algunos investigadores, esta excesiva densidad de población puede haber aumentado la tendencia a la violencia en la sociedad.4
Nataruk, Kenia
Los esqueletos descubiertos en el yacimiento arqueológico de Nataruk, en Kenia, que datan de hace unos 10.000 años, mostraban zonas gravemente traumatizadas, fracturas y cortes. Parece que la gran mayoría de los individuos examinados fueron abandonados a su suerte con las manos atadas. Lo que es peor, algunos individuos que presentaban signos de haber sido golpeados con palos o heridos con herramientas cortantes tuvieron este trágico final siendo todavía niños.5
La presencia de materiales de obsidiana en algunos de los incidentes violentos en Nataruk refuerza la hipótesis de que los atacantes pueden haber venido de otro lugar, dada la limitada disponibilidad de obsidiana en esta zona.
Cueva de Scaloria, Italia
La cueva de Scaloria, situada en la provincia de Apulia (Italia), es un importante asentamiento que data del Neolítico. En los exámenes realizados a algunos esqueletos de la cueva se detectaron signos de violencia, como marcas de cortes y traumatismos craneales. Los hallazgos indican que la cueva puede haber sido un centro de violencia ritual y que ciertos individuos dentro de la estructura social pueden haber sido objeto de rituales. Se cree que en varios rituales celebrados en la cueva se elegía especialmente a jóvenes como víctimas y se los mataba.
Algunos investigadores han planteado la hipótesis de que es posible que hubiera gente enterrada en la cueva, basándose en las similitudes visuales de las estalactitas y los huesos o en la antigua creencia de que el subsuelo era una fuente de poderes espirituales.6
- Crevecoeur I, Dias-Meirinho MH, Zazzo A, Antoine D, Bon F. New insights on interpersonal violence in the Late Pleistocene based on the Nile valley cemetery of Jebel Sahaba. Sci Rep. 2021 May 27;11(1):9991.[↩]
- Meyer, C., Lohr, C., Gronenborn, D., & Alt, K. W. (2015). The massacre mass grave of Schöneck-Kilianstädten reveals new insights into collective violence in Early Neolithic Central Europe. Proceedings of the National Academy of Sciences, 112(36), 11217-11222.[↩]
- Orschiedt, Jörg, Tim Schueler, Marta Połtowicz-Bobak, Dariusz Bobak, Stefan Karol Kozłowski, and Thomas Terberger. «Human remains from Maszycka cave (woj. Małopolskie/PL): The treatment of human bodies in the Magdalenian.» (2017).[↩]
- Larsen, Clark Spencer, Christopher J. Knüsel, Scott D. Haddow, Marin A. Pilloud, Marco Milella, Joshua W. Sadvari, Jessica Pearson et al. «Bioarchaeology of Neolithic Çatalhöyük reveals fundamental transitions in health, mobility, and lifestyle in early farmers.» Proceedings of the National Academy of Sciences 116, no. 26 (2019): 12615-12623.[↩]
- “Evidence of a prehistoric massacre extends the history of warfare.” University of Cambridge, 20 Jan. 2016. Accessed 24 July 2024.[↩]
- Wikipedia contributors. (2024, July 14). Scaloria Cave. In Wikipedia, The Free Encyclopedia. Retrieved 08:40, July 24, 2024.[↩]