
Foto: Tuija Laurén, Finnish Heritage Agency, Antiquity Publications Ltd.
¿Podrían considerarse los pozos, que datan de hace casi 7.000 años, descubiertos en el sitio arqueológico de Tainiaro, en el norte de Finlandia, el cementerio de la Edad de Piedra más septentrional? Un nuevo estudio está explorando esta posibilidad.1
Tainiaro es un sitio arqueológico situado a orillas del río Simojoki, al sur de la Laponia finlandesa, ubicado a sólo 80 kilómetros (aproximadamente 50 millas) debajo del Círculo Polar Ártico. Este sitio, que se encuentra dentro de los extensos bosques boreales de Finlandia, fue descubierto por casualidad por trabajadores que excavaban arena en 1959. Sin embargo, las excavaciones arqueológicas primarias y los estudios exhaustivos del sitio se llevaron a cabo treinta años después.
Dentro de las excavaciones realizadas en Tainiaro, hasta la fecha se han desenterrado más de 32.000 hallazgos arqueológicos. Sin embargo, nunca se ha llegado a una conclusión definitiva sobre si los pozos descubiertos en el lugar pueden interpretarse como tumbas o no.
La mayoría de los hallazgos en Tainiaro consisten en artefactos de piedra y piedras sin trabajar, y una pequeña porción comprende cerámica y huesos de animales quemados.

Foto: Aki Hakonen, Antiquity Publications Ltd.
Tras un examen cuidadoso de los dibujos de campo de excavaciones anteriores, los investigadores identificaron 127 pozos potenciales de diversas formas en Tainiaro. La mayoría de los pozos rectangulares arrojaron fragmentos líticos y huesos de animales quemados. Además, se encontraron rastros de pintura ocre rojo en pequeñas cantidades dentro de 23 de las fosas.
La acidez inherente del suelo en el norte de Fenoscandia presenta un desafío importante para la conservación de materiales orgánicos durante períodos prolongados. En este entorno, los restos orgánicos, como dientes y huesos, rara vez perduran más allá de unos pocos milenios. Como consecuencia, realizar análisis osteoarqueológicos en profundidad sobre dichos restos orgánicos dentro de esta región en particular se vuelve notablemente complejo y restringido.
La fragilidad del material orgánico en este entorno crea una brecha significativa en la capacidad de examinar directamente restos biológicos antiguos. Por lo tanto, los académicos y arqueólogos que trabajan en el norte de Fenoscandia suelen recurrir a metodologías alternativas para avanzar en sus hipótesis e interpretaciones. El análisis comparativo constituye un enfoque clave utilizado para cerrar esta brecha en el examen directo. Al aprovechar los datos disponibles y hacer referencia a hallazgos arqueológicos similares de otras regiones o períodos con condiciones de preservación más favorables, los académicos pueden establecer paralelos y sacar inferencias para respaldar sus hipótesis. Esto es precisamente lo que hicieron los investigadores en un estudio publicado en Antiquity la semana pasada.
Según el estudio dirigido por Aki Hakonen, Noora Perälä, Samuel Vaneeckhout y Jari Okkonen del Departamento de Arqueología de la Universidad de Oulu, junto con la investigadora independiente Tuija Laurén, se propone considerar Tainiaro como un cementerio. Los investigadores afirman que se llegó a esta conclusión basándose en comparaciones morfológicas y una reevaluación de los hallazgos existentes.
Específicamente, las fosas que contienen ocre rojo en Tainiaro se alinean en tamaño con las dimensiones promedio de otras tumbas que contienen ocre en Finlandia. Según los investigadores, al considerar las tumbas que albergan más de una inhumación, surge una correlación más pronunciada entre las fosas encontradas en Tainiaro y los lugares de enterramiento de otros cementerios del norte de Europa.
Edad de Piedra en el norte de Fenoscandia
Fenoscandia se refiere a la región geográfica del norte de Europa, que abarca la península escandinava, Finlandia y la península de Kola en Rusia. Geológicamente, a menudo se le asocia con el Escudo Báltico, una extensa zona de rocas precámbricas expuestas.2

En los primeros períodos de Fenoscandia, la gente se sustentaba mediante actividades de caza y recolección. Los hallazgos arqueológicos indican que durante este período, la gente desarrolló técnicas de caza y se dedicaba a la caza utilizando herramientas de piedra. Sin embargo, se sabe que los asentamientos permanentes eran limitados durante esta época y que la gente generalmente llevaba un estilo de vida nómada.
Con el retroceso de la Edad del Hielo, durante el período Mesolítico, los habitantes de Fenoscandia continuaron su sustento basado en la caza y la recolección. En esta época, los habitantes de las regiones del norte se destacaban como grupos estacionales de cazadores, recolectores y pescadores. Estos grupos sustentaban sus vidas a base de recursos naturales.
La evidencia arqueológica revela que durante el período Mesolítico, la gente desarrolló técnicas de caza y utilizó herramientas distintivas para pescar, además de herramientas de piedra.
La región sufrió cambios significativos durante el período Neolítico. La gente del norte de Fenoscandia comenzó a construir residencias permanentes y a mostrar signos de sedentarismo durante esta época. El mayor uso de la cerámica y el surgimiento de unidades de asentamiento permanente como las aldeas son características notables del período Neolítico.
- Hakonen, A., Perälä, N., Vaneeckhout, S., Laurén, T., & Okkonen, J. (2023). A large fifth-millennium BC cemetery in the subarctic north of the Baltic Sea? Antiquity, 97(396), 1402-1419[↩]
- GORBATSCHEV, Roland; BOGDANOVA, Svetlana. Frontiers in the Baltic shield. Precambrian Research, 1993, 64.1-4: 3-21[↩]